top of page

Orar es amar

 

"No hay diferencia entre oración y amor. No podemos decir que oramos pero que no amamos, o que amamos sin necesidad de orar, porque no hay oración sin amor y no hay amor sin oración".
Madre Teresa de Calcuta

La oración agradable a Dios es aquella que fluye de un corazón rendido, con palabras sencillas, reconociendo Su potestad y supremacía.

Pero también existe la oración donde las palabras no son necesarias: basta con fundirse con el Creador en contemplación y adoración.  Tal como expresa una conocida alabanza de Danilo Montero:

“Hay momentos que no deberían terminar,
hay segundos que tendrían que ser eternidad...
Cuando tu Espíritu, Señor, se toca con el mío,
y mi corazón estalla en adoración…”

“Te adoro, mi Señor.
No hay nada alrededor,
solo estamos Tú y yo,
solo estamos Tú y yo.”

(Fragmento de la canción “Momentos”, de Danilo Montero)

En esos momentos, el alma se une al cielo en silencio, adorando desde lo más profundo del ser.

Orar por las necesidades del prójimo es una amorosa forma de compartir y hacer partícipe a Dios tanto de las tristezas como de las alegrías: “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.”  Romanos 12:15

¡Dios aguarda esa oración de amor todos los días!

Diapositiva5.JPG
bottom of page