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El porqué de la oración

Orar a Dios significa esperanza para el alma abatida y es gozo para el alma agradecida.

Orar a Dios, es un privilegio incalculable.  Los motivos son muchos y los tópicos diferentes.  Lo importante es rendirnos y abrir nuestro corazón sin temor alguno.  Dios, cual Padre amoroso siempre nos va a escuchar. 

No tengamos nunca temor a ser rechazados sea cual sea el motivo de nuestra plegaria.  Sabiendo que a su tiempo será oída y respondida de una u otra manera. 

No importa el tiempo que debamos esperar, aunque prolongado, aún así es ganancia.   Mientras tanto, Dios trabaja en la situación y en la persona y Su fortaleza nos permite seguir esperando, seguir soportando. 

Dios va esculpiendo esas áreas que necesitan ser restauradas y las moldea para que Su Santo nombre sea glorificado.

 “…para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no se tarda en cumplir su promesa…”  2 Pedro 3:8-9

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