Orad los unos por los otros
Actualizado: 15 sept 2023
¿Alguna vez nos detuvimos a entender el alcance de un pasaje tan corto como este? “… orad unos por otros…” Santiago 5:15 ¿O simplemente lo aludimos o lo memorizamos como una pasaje más de la Biblia y eso es todo?
Orad los unos por los otros, es un mandato dado por Dios. Y en Su eterna misericordia no quiso significar que solamente debemos orar por nuestras necesidades o por las de las personas que conocemos o por los que piden oración. El mandato va mucho más allá.
Orar los unos por los otros, es dejar nuestros propios intereses de lado y pasar a orar, a interceder a Dios por las necesidades del otro, ya sea lo conozcamos o no, lo apreciemos o no.
Orad los unos por los otros, es traspasar barreras ideológicas, culturales, idiomáticas, distancias y límites geográficos.
Orad los unos por los otros, es orar cuando surge una necesidad estemos o no presente para poder ayudar o socorrer; siempre lo podremos hacer espiritualmente a través de la oración, clamando a Dios.
Orad los unos por los otros, es ver la necesidad a cada momento. Podremos ver una persona en silla de ruedas y orarle a Dios para que le de fortaleza física y espiritual para sobrellevar su flagelo. Es ver a un ciego y orar para que Dios supla su falta de visión con otros dones. Es ver a un cartonero en pleno verano o invierno tirando de un carro cargado que apenas puede con el, o a un indigente metido en un tacho de basura sacando lo que pueda servirle, para que Dios supla sus necesidades y pueda cambiar su vida.
Orad los unos por los otros, es orar por aquellos países que están en guerra (algo inconcebible en este siglo XXI que la humanidad no haya aprendido de experiencias pasadas y sigue repitiendo los mismos errores y esquemas por ambición y hambre de poder), para que Dios traiga paz, pero sobre todo para que cambie el corazón de todos aquellos estadistas que sirviéndose de su status, provocan o ayudan con acciones armadas escondiendo espurios intereses en beneficio propio.
Orar los unos por los otros, es orar para que Dios cambie el corazón de los que trafican órganos, de los que se dedican al narcotráfico, de los que secuestran jóvenes y niños para prostituirlos, haciéndolos adictos, lucrando con sus cuerpos hasta que no puedan más y llegado el caso, descartándolos con toda frialdad. Todo, pues, para llenar sus bolsillos de dinero, droga y placeres materiales.
Todos venimos de una misma simiente y tenemos la ley de Dios escrita en nuestros corazones (Romanos 2:15). En el reino de Cristo, cada creyente es un sacerdote para los demás creyentes (1 Pedro 2:9) y aunque todas las oraciones estén sujetas a la voluntad de Dios, es el recurso y la herramienta más poderosa con que un cristiano tiene con Dios. Algunas personas ven la oración como un último recurso a intentar cuando todo lo demás ha fallado, sin embargo es el primer recurso que debemos tener a mano siempre.
La oración es la llave de la mañana y el cerrojo de la noche”
-Mahatma Gandhi-