Dos Puertas dos Sendas
“Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.
Hay dos caminos. El camino de la salvación (la puerta angosta) y el camino de la perdición, (la puerta ancha).
En este pasaje Jesús hace referencia a la puerta “estrecha”, esa puerta angosta que lleva a la vida eterna. La puerta que lleva al cielo es angosta, no es fácil su paso. Una puerta estrecha es más difícil de pasar que una ancha, y sólo pocas personas puedan pasar al mismo tiempo por una puerta estrecha.
Algunos piensan que por el hecho de ser cristiano, las cosas van a resultar simples, cómodas y viables ya que Dios está de nuestro lado. Sin embargo, no es así.
Todo tiene su precio y aunque tengamos libertad de hacer lo que queramos, “… no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana” (1 Corintios 10:23).
¿Qué significa elegir la puerta estrecha? Elegir la puerta estrecha significa elegir el camino de la cruz. El camino de renunciar a uno mismo, de ir dejando el viejo hombre y mujer para ir forjando el carácter de Cristo en nuestra vida. Significa ir creciendo "...a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo". (Efesios 4:13).
Significa aceptar que Dios nos vaya moldeando como a vasija imperfecta. Significa estar en sintonía con las enseñanzas de Jesús y cumplirlas de manera de ver los frutos.
¿Tú, que puerta eliges?