Las bodas del Cordero. La iglesia, la novia de Cristo
En el judaísmo hay una hermosa creencia muy arraigada acerca del matrimonio. Se cree que la pareja antes de venir a este mundo, ya eran almas gemelas y bajaron a esta tierra a cumplir con un propósito divino para cuando se volviesen a encontrar. Es una experiencia divina, celestial y eterna. No radica en una belleza exterior sino en lo interior. Y esa chispa de luz en sus almas estalla cuando al mirarse a los ojos se reconocen a pesar de haber estado tanto tiempo separados al momento de bajar a este mundo. A partir de ese feliz reencuentro, no quieren ni pueden separarse otra vez, ¡eso es el matrimonio!
En la iglesia de Cristo hay un remanente santo que será la novia de Cristo. Dios mismo está ahora preparando a esa novia para casarse con su Hijo. ¡Y Él presentará a esa novia al novio en las bodas del Cordero!
Hay una pasión que los caracteriza y esa es ¡la pasión por Jesús! Ésta es la primera característica de todos los que componen la novia de Jesús: están absolutamente enamorados de su Señor. Ciertamente están marcados por su amor a Él más que por su conocimiento de Él.
En Apocalipsis 19:7-8 leemos: “Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, porque las acciones justas de los santos son el lino fino”.
Jesús vendrá por su novia "…sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada". Efesios 5:27
¿Cómo se está preparando la iglesia de Cristo, cómo se está ataviando su novia?
El apóstol Pedro en 2 Pedro 2:10,13 nos previene: “…especialmente a los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad. Atrevidos y obstinados, no tiemblan cuando blasfeman de las majestades angélicas… Cuentan por deleite andar en placeres disolutos durante el día; son manchas e inmundicias, deleitándose en sus engaños mientras banquetean con vosotros”.
¿A qué nos llama Dios para celebrar la boda con su Hijo?
Hay tres aspectos primarios del alto llamamiento de Dios, que son los siguientes:
Esforzarse por poner a un lado las cosas del mundo y de la carne y vivir vidas santas y puras como cristianos delante de Dios. Esto se hace asintiendo a los deseos del Espíritu Santo que vive en nosotros así como desear amar a Dios con un corazón puro en todo lo que decimos y hacemos.
Escudriñar las Escrituras para aprender y comprender el corazón de Dios y los caminos del Reino de los Cielos.
Buscar cómo descubrir y andar en la perfecta Voluntad de Dios, dejando a un lado nuestra voluntad para hacer la Suya.
Oremos para que esto se cumpla en cada uno de nosotros para así ser dignos de vestir para la boda de lino fino resplandeciente y limpio.