¿Religión o Evangelio?
Muy a menudo confundimos el Evangelio, es decir, las enseñanzas de Jesucristo, como una religión entre muchas otras. La religión es obra del hombre, pero el Evangelio es un don, una dádiva de Dios. La religión es lo que el hombre hace de Dios y quiere hacer para Dios; el Evangelio es lo que Dios ha hecho para el hombre.
Existen muchas religiones pero un solo Evangelio. Existen muchos profetas pero solo uno es Hijo de Dios. Testimonio de ello fueron los mismos apóstoles que estando con Jesús en el monte santo, escucharon dicha declaración de gloria y honor desde el cielo por parte de Dios Padre: “... Este es mi Hijo amado en quien me he complacido…” 2 de Pedro 1:17 Todos murieron pero solamente uno resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre y su nombre es Jesucristo.
En las religiones el hombre busca a Dios. En el Evangelio Dios busca al hombre. Para el hombre, la religión consiste en subir por la escalera de sus buenas acciones con la esperanza de encontrar a Dios en el último escalón. Pero el Evangelio nos revela a un Dios que descendió de la escalera, Jesús, para tener un encuentro con nosotros, pecadores, que estamos en el escalón más bajo.
La religión resalta la buena voluntad y las acciones del hombre, pero el Evangelio es la “buena nueva” que vino de Dios: todo el que cree en Jesús obtiene el perdón de sus pecados (Hechos 10:43). La religión está hecha de ritos y de prácticas, pero el Evangelio es la proclamación del amor ilimitado del Dios Salvador, es la proclamación del Reino de Dios.
La religión desea mejorar al hombre exteriormente, pero el Evangelio lo transforma desde su interior. La religión blanquea la superficie, pero el Evangelio purifica el corazón. Existen muchas religiones, pero un solo Dios Salvador. El Evangelio “… es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree…” (Romanos 1:16).