¿Crees en segundas oportunidades?

¿Te has preguntado alguna vez si la fe en Jesús es realmente el único camino para ser salvo? Satanás es un astuto mentiroso que distorsiona la Palabra de Dios para evitar que las personas sigan a Cristo, creando la impresión de que hagas lo que hagas “si te hace feliz”, todo está bien, todo te es permitido porque en definitiva todo se termina en este mundo, no hay nada más allá. Sin embargo esto no es así (1 Corintios 10:23), no es eso lo que la Biblia enseña.

El Evangelio de Juan nos dice: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. (Juan 3:17-18).

Dios dice claramente que todo aquel que cree en Jesucristo será salvo (Juan 3:16). Y la Biblia enfatiza que tenemos solo esta vida terrenal para tomar una decisión; no hay una segunda oportunidad después de la muerte. “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…” (Hebreos 9:27).

Así que solo tú tienes la posibilidad de optar por elegir o rechazar la salvación que Cristo ofrece gratuitamente. Si optas por tu salvación, puedes hacerlo en este momento invitando a Jesús a ser tu Salvador personal. Dios, quien desea que pases la eternidad con Él (Juan 14:2), te ofrece razones de peso para tomar esta decisión tan importante: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. (Juan 3:36).

La posibilidad de una segunda oportunidad es tentadora, pero no te dejes engañar. No habrá otra oportunidad para ser salvo después de la muerte. El regalo de la salvación solo se encuentra disponible en esta vida, y es solo por medio del Señor Jesús (Juan 14:6). ¡Recibe al Salvador ahora mismo! Y tu vida se caracterizará por la paz y el gozo hasta donde seamos capaces de creer en el soberano control de Dios sobre todas las cosas, porque “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido al corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. (1 Corintios 2:9).

¡De ti depende!