Un Muelle a lo Lejos
Ni la neblina ni la noche cerrada impidieron que la luz del muelle se viese a la distancia desde una playa ventosa y desierta. Su luz alumbraba y se podía ver a unos cuantos kilómetros de distancia.
Asimismo, los cristianos debemos “alumbrar” de tal manera que los demás vean nuestros buenos frutos. Es importante ser de buen testimonio, glorificando siempre a Dios, aunque los tiempos sean desapacibles o contrarios.
Sin embargo, el Señor en Mateo 6.1 advierte: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos…” Es decir, hay que tener cuidado con la motivación. Si hacemos las cosas para recibir elogios o la atención de los demás, perderemos nuestra recompensa celestial. Ese reconocimiento fugaz del mundo es todo lo que recibiremos por nuestros esfuerzos.
Los creyentes estamos aquí para llevar a otros al conocimiento del Señor a quien amamos. Somos un reflejo de su luz y de su gloria. Él no solo nos da la oportunidad de brillar, sino también las fuerzas y los dones para trabajar en favor del Reino. Por más brillantes que podamos ser, nada somos separados del Señor.