Sujetar-se, Someter-se – Esos verbos que nos desagradan (I Parte) - Subject, Submit - Those verbs th
“Porque Dios ha puesto todo en sujeción bajo sus pies. Pero cuando dice que todas las cosas le están sujetas, es evidente que se exceptúa a aquel que ha sometido a El todas las cosas. Y cuando todo haya sido sometido a Él, entonces también el Hijo mismo se sujetará a aquel que sujetó a El todas las cosas, para que Dios sea todo en todos”.
Si contamos las veces que aparece en este pasaje el verbo (sujetar-someter) o su sinónimo veremos que seis son las veces, lo cual lo hace llamativo. La palabra sujeción en su más estricto significado, significa aquello que viene a sujetar o aquello que ya está sujeto y no puede desprenderse.
Quizás sintamos aversión cuando los verbos “someter-se; sujetar-se” sean empleados en función de algo o alguien. Lo más probable es que provoquen una reacción negativa, ponerse a la defensiva y sentir rechazo.
Nuestra sociedad occidental, es sumamente individualista donde se promueve no depender de nada o nadie, a hacer lo que venga a la mente y como se suele decir en determinadas circunstancias: “sí te hace bien y te gusta, hacelo, no esperes, date el gusto”. Se cree que como personas libres administramos nuestras decisiones y acciones, evitando tener que rendir cuentas a nada ni a nadie (como en el caso del aborto, donde la mujer cree ser dueña de su cuerpo y como tal tiene la libertad para traer o no a la vida a un niño, cuando en realidad las Escrituras dicen todo lo contrario, pues se ha pagado un precio demasiado alto por nuestra salvación. Ahora somos templo del Espíritu Santo y por ello debemos dedicar nuestro cuerpo a honrar y agradar a Dios. (1 Corintios 6:19).
Hay un aire exacerbado de independencia e individualismo sumado a un sentimiento de “yo hago lo que quiero” donde se promueve el no acatamiento a normas, y el traspasar límites es señal de ser “cool”. Por eso, el solo hecho de pensar en sujetar-se o someter-se a algo o a alguien desagrade en suma manera y presente resistencia.
El apóstol Pablo en Efesios 5:22-24 menciona que: “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo”. Como veremos, se emplea el mismo verbo, pero en este caso puntual aplicado a las esposas en relación a sus maridos.
Es probable que alguna mujer al leer este pasaje le cause escozor, incomode o resulte difícil su comprensión. Quizás pensemos: “¿Porqué debo sujetarme a mi esposo? ¿Es acaso mi dueño?
Continuará en la (II Parte)
Message
Subject, Submit - Those verbs that displease us.
(Part I)
Based on 1 Corinthians 15: 27-28 and in Ephesians 5: 22-24
“For he “has put everything under his feet.” Now when it says that “everything” has been put under him, it is clear that this does not include God himself, who put everything under Christ. When he has done this, then the Son himself will be made subject to him who put everything under him, so that God may be all in all”.
If we count the times that in this passage appears the verb (subject-submit) or its synonym will see that six times, which makes it striking. The word subjection in its strictest meaning means what comes to hold or that which is already subject and cannot be detached.
We may feel dislike when these verbs are employee depending on something or someone. Most likely, they provoke a negative reaction, become defensive and feel rejected.
Our western society is highly individualistic where it is promoted not to depend on anything or anyone, to do what comes to mind and as some say in certain circumstances: "if it makes you good do whatever you like to do, do not wait, give yourself a taste". It is believed that as free people we administer our decisions and actions, avoiding having to render an account to anything or anyone (as in the case of abortion, where woman believes she owns her body and as such has the freedom to bring or not to the life a child, when in fact the Scriptures say the opposite, because a price has been paid too high for our salvation. We are now a temple of the Holy Spirit and therefore we must dedicate our body to honor and please God. (1 Corinthians 6:19).
There is an exacerbated air of independence and individualism added to a feeling of "I do what I want" where non-compliance with standards is promoted, and trespassing limits is a sign of being "cool". For that reason, the mere fact of thinking about subjecting oneself or submitting oneself to something or to someone displeases in a great way and presents resistance.
The apostle Paul in Ephesians 5: 22-24 mentions that: "Wives, submit yourselves to your own husbands as you do to the Lord. For the husband is the head of the wife as Christ is the head of the church, his body, of which he is the Savior. Now as the church submits to Christ, so also wives should submit to their husbands in everything." As we see, the same verb is used, but in this specific case applied to the wives in relation to their husbands.
It is likely that a woman reading this passage will cause stinging, uncomfortable or difficult to understand. Maybe she may think: "Why should I hold on to my husband? Is he my owner?
Continue in (Part II)