I - Tiempo y Ocasiones para Orar
“…orad sin cesar…porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús”.
1 Tesalonicenses 5:17-18
No hay duda sobre el tiempo de oración. La palabra de Dios es clara y transparente al respecto: “…orad sin cesar…” Sin embargo, el cansancio diario, la ansiedad, la falta de concentración y la escasa fe, suelen ser factores que juegan en contra al momento de orar.
Por ello conviene de a poco ir ejercitando la oración hasta lograr hacerla de manera habitual. Para ello podemos elegir ciertos horarios para rendirnos ante su presencia. A saber, por la mañana (Marcos 1:35) antes de comenzar ninguna acción; a la hora de compartir los alimentos (que por su amor y misericordia nos da todos los días) y al finalizarlos y antes de irnos a dormir.
Aunque, no consideremos que esto sea todo y que de esa manera ya hemos cumplido con nuestro deber para con Dios; sino más bien, que ello sea una especie de disciplina que practiquemos y estimulemos lo más posible.
Recurriremos también a la oración toda vez que exista alguna aflicción en particular y nos veamos oprimidos. En esa situación debemos orar rindiéndonos y buscando a Dios de todo corazón pidiendo con humildad su favor.
Debemos siempre tener presente a quién estamos orando. No es la lámpara de Aladino que al frotarla nos concede rápidamente nuestros deseos. A Dios, “tres veces Santo” (Isaías 6: 3) no podemos manipular ni manejar de acuerdo a nuestro antojo, sino que recurriremos y elevaremos nuestra plegaria a Él con todo respeto, humildad, amor y esperando su tiempo con toda paciencia y dominio propio.
De la misma manera no dejemos pasar ninguna dicha, bienestar o prosperidad que nos sobreviniere, o sepamos le ha sucedido a otro, sin que al momento lo reconozcamos con alabanzas y acción de gracias, pues todo es por “gracia recibida” que procede de su mano generosa y liberal.
I - Prayer Time and Occasions
Based on: 1 Thessalonians 5: 17-18
“…pray continually, give thanks in all circumstances; for this is God’s will for you in Christ Jesus". 1 Thessalonians 5: 17-18
No doubt; the word of God is clearly and transparently expressed: “…pray continually..." However, daily fatigue, anxiety, lack of concentration and lack of faith are often factors that play against when praying.
For this reason, it is convenient to gradually exercise the prayer until achieving it in a habitual way. For this we can choose certain times to surrender to their presence. Can be in the morning (Mark 1:35) before beginning any action; at the time of sharing the food (which God gives us daily for his mercy) and when finishing and before going to sleep.
Although, we do not consider that this is everything and that in that way we have already fulfilled our duty towards God; but rather, that this is a kind of discipline that we practice and stimulate as much as possible.
We will also appeal praying whenever there is any particular affliction and we are oppressed. In that situation we should pray giving ourselves and seeking God with all our heart asking with humility for his favor. We must always keep in mind who we are praying to. It is not a “common person” that we can handle or manipulate but it is the "three times Holy" (Isaiah 6: 3) to whom we will appeal and we will raise our prayer with respect, humility and love.
In the same way we do not let any happiness, well-being or prosperity happen to us, or we know it has happened to another, without at the moment we recognize it with praise and thanksgiving, because everything is for "received grace" that comes from its generous and liberal hand.