La vieja vida y la nueva vida - The old life and the new life
“Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora desechad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó; una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que Cristo es todo, y en todos.
Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad”.
Si hemos nacido de nuevo, si hemos aceptado a Jesucristo como nuestro único Señor y Salvador, esa transformación tiene que ser visible ante los que nos rodean.
Ahora vivamos de una manera diferente dejando de lado toda ira, enojo, malicia, sarcasmo, burla, lenguaje grosero, bajo, indigno, acusador, hiriente, mentiras.
Sustituyamos todo por: la compasión, la bondad, la humildad, la mansedumbre y la paciencia; soportándonos unos a otros y perdonándonos como Cristo lo sigue haciendo como único intercesor ante el Padre Celestial.
Pero sobre todo hagámoslo con alegría y amor, no por obligación, sino teniendo la certeza de que nuestro cambio de actitud al abandonar el viejo hombre, esta renovación es para agradar al Padre Creador de todo lo visible como de lo invisible.
The old life and the new life
Based on: Colossians 3: 5-14
“Put to death, therefore, whatever belongs to your earthly nature: sexual immorality, impurity, lust, evil desires and greed, which is idolatry. Because of these, the wrath of God is coming. You used to walk in these ways, in the life you once lived. But now you must also rid yourselves of all such things as these: anger, rage, malice, slander, and filthy language from your lips. Do not lie to each other, since you have taken off your old self with its practices and have put on the new self, which is being renewed in knowledge in the image of its Creator. Here there is no Gentile or Jew, circumcised or uncircumcised, barbarian, Scythian, slave or free, but Christ is all, and is in all.
Therefore, as God’s chosen people, holy and dearly loved, clothe yourselves with compassion, kindness, humility, gentleness and patience. Bear with each other and forgive one another if any of you has a grievance against someone. Forgive as the Lord forgave you. And over all these virtues put on love, which binds them all together in perfect unity”.
If we are born again, if we have accepted Jesus Christ as our only Lord and Savior, that transformation must be visible to those around us.
Now let us live in a different way leaving aside all anger, fury, malice, sarcasm, ridicule, rude language, low, unworthy, accusing, hurtful, lies.
Let's substitute everything for: compassion, kindness, humility, meekness and patience; supporting one another and forgiving as Christ continues to do as the only intercessor before the Heavenly Father.
But above all let us do it with joy and love, not by obligation, but having the certainty that our change of attitude in abandoning the old man, and this renewal is to please the Creator Father of all visible as of the invisible.