El tiempo pasa, ¿Y los valores? ¡Allá a lo lejos!

“Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer”.
Jesús, en este pasaje priorizó el hambre de sus discípulos, a la observancia del día sábado, (el shabbat), pues según la ley, no debían trabajar. Para los fariseos el hecho de arrancar espigas se consideraba cosechar, y el restregarlas para sacar el grano y comerlo significaba trillar, y ambas acciones eran consideradas como un trabajo.
A pesar de las críticas de los fariseos, Jesús estuvo dispuesto a contradecir una vez más las tradiciones religiosas y les hace ver que la necesidad humana, el amor y los “valores morales” estaban por encima de cualquier legalismo religioso.
En una familia, los encargados de enseñar “valores” a sus hijos son tarea de papá y mamá en el hogar. Pero para poder educar en valores es necesario saber primeramente qué son los valores. Los valores son cualidades que las personas vamos adquiriendo y que nos hacen ser mejores seres humanos. Nos referimos a hacer lo correcto, aceptable y éticamente bueno. Y precisamente es en la familia cristiana, la mejor escuela donde se aprenden a vivir los valores.
Cuando los niños están en edad escolar, se supone que la educación y formación en cuanto a valores debería continuar en las aulas de las instituciones educativas, sin embargo, y lamentablemente, en general, hay un sistema educativo que dista mucho de lo que debería ser.
Falta la esencia y con esto no me refiero a contenidos programáticos sino preparar a los niños para vivir en una sociedad con valores y las consecuencias de romper estos principios de vida. Los niños necesitan saber la consecuencia de infringir esos principios. Es necesario que sepan la razón, la causa de porqué creo Dios los principios de vida, para que cuando se los aplique, entiendan el beneficio y que al romperlos, los van a dañar. No es producir condenación, sino formar con amor, razón y entendimiento.
Es vital prepararlos para la vida, para que el día de mañana tengan una familia, para vivir en sociedad, para que aprendan el respeto entre seres humanos sin importar el vínculo, que sean responsables de sus actos, que acaten y obedezcan las leyes y reglas, que sean honestos, que tengan consideración hacia los demás, que guarden respeto por su propia vida y por la del prójimo, es enseñarles a amar y cuidar a los animales y a la naturaleza, respetar y velar por los bienes propios y por los ajenos.
Y es importante también prepararlos a manejar la presión que puedan recibir por parte de grupo de amigos cuando vienen con malas propuestas e intenciones enseñándoles la manera de hacer frente a esas situaciones.
Quizás sea por la falta de valores que esté fallando la educación y los centros educativos, ya que se ven a diario gran número de problemas de acoso, conocido como bullying escolar que afecta a muchos niños y adolescentes, falta de respeto hacia los educadores y a la inversa, jóvenes que asisten a los colegios portando armas, acoso por parte de maestros hacia alumnos, violaciones, etc.
La familia y el hogar es el primer lugar y la mejor entidad educativa donde se transmiten y se aprenden a vivir los valores; es ahí donde nuestros hijos aprenden a tener confianza en sí mismos, a sentirse queridos y valorados. Los verdaderos valores siempre producen crecimiento y no estancamiento, ni retroceso.
El lugar destinado por Dios para aprender valores, es la familia y el lugar para ser de testimonio por ser creados a su imagen y semejanza. Todo lo demás podríamos encuadrarlo dentro de los antivalores.
En la familia es donde se aprende a amar, a ser generoso, a ser fiel, a respetar, a perdonar, a ser responsables de nuestros actos, a compartir; y por sobre todas las cosas; a amar a Dios.
El niño no nace con los valores escritos en su frente. Es responsabilidad de sus padres ser los formadores de sus hijos, por lo tanto debemos construir sus vidas correctamente y de acuerdo a valores cristianos. Si no se los forma desde pequeños a medida que pase el tiempo será más dificultoso que los puedan incorporar a sus vidas.
¿Qué es lo que más importa en la vida? ¿Acaso no es hacer lo agradable a los ojos de Dios?
El mundo y sus antivalores (y bien que se esmera en ello) pretende apartarnos de Dios.
¿De qué sirve ganar todo el mundo si perdemos el alma?
No te dejes engañar. Pregúntate siempre esto que voy a hacer:
¿Me acerca más a Dios?
¿Me ayuda a ser mejor persona?
¿Ofende mi dignidad o la de los demás?
¿Me estoy haciendo un daño o se lo estoy ocasionando a otro?
¿Qué haría Jesucristo en una circunstancia como la que se me presenta?
Recuerda: un mundo sin valores, es un mundo donde le da la espalada a Dios.
Reflexiona!!!