Profetas de Dios (IV Parte)
A diferencia de los falsos profetas, las profecías de los profetas de Dios eran verdaderas y confiables porque transmitían de manera precisa la palabra de Dios, cuyo carácter y promesas de pacto son absolutamente dignas de confianza.
Las verdaderas profecías no fallan, porque Dios tiene tanto el poder como el derecho para hacer que sucedan y porque él está comprometido a cumplir su palabra.
En algunas circunstancias, las profecías eran validadas como auténticas porque se cumplían relativamente rápido. Pero en otras ocasiones el cumplimiento de las profecías no era tan inmediatas.
Por ejemplo en Isaías capítulo 53 se predijo la llegada de Jesús sin embargo la profecía tardó mucho en cumplirse. Y yéndonos más atrás en Génesis 3:15 se crea la expectativa de un Redentor quien habría de venir de la descendencia (una “simiente”) de Adán y Eva. La cual tardó mucho en cumplirse.
Y el Redentor a su vez fue un verdadero profeta de Dios cuyas profecías no se cumplieron todas en su vida. Muchas de ellas tenían que ver con el futuro y a menudo con el futuro distante. Tal el caso de la profecía que Jesús dio en Lucas 21:5-6:
“Y mientras algunos estaban hablando del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: En cuanto a estas cosas que estáis mirando, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada”.
Jesús dijo que el templo judío sería destruido porque los judíos se rehusaron a arrepentirse de sus pecados. Pero el templo seguía en pie cuando Jesús murió. Fue destruido poco después, cuando los romanos saquearon a Jerusalén en el año 70 d. C.
Obviamente, no todas las profecías de Jesús han sido cumplidas. Por ejemplo, él no ha regresado a consumar el reino de Dios. Pero lo hará. De hecho, podemos y debemos estar totalmente confiados de que Jesús cumplirá todas sus promesas a su tiempo, porque en cada caso podemos evaluar sus profecías con las Escrituras y el resto de la historia.
Sus palabras siempre han sido confirmadas como auténticas por su cumplimiento. Y como sus palabras siempre han sucedido en el pasado, podemos esperar también que se vuelvan realidad en el futuro.
Continuará en la V Parte