Libro de Daniel (I Parte)
Como vimos en la "Introducción", el libro de Daniel debe entenderse como una profecía apocalíptica, donde abundan los simbolismos, y entre todos ellos nos atañe entender cuando se refiere al: “tiempo de Dios”.
La escala del tiempo de Dios
Para ello debemos entender que el tiempo profético se mide según el principio de día por año. Es decir, un día en la profecía, por lo general, equivale a un año en el tiempo histórico real.
1. Y podemos ejemplificarlo en (Números 14:34-35)
“Para que aprendan lo terrible que es desobedecerme, los castigaré duramente. Les juro que lo haré. Ustedes exploraron el territorio durante cuarenta días, , así que yo los castigaré un año por cada día. Cuarenta años andarán vagando por el desierto, hasta que se cansen y mueran”.
2. A su vez podemos verlo en (Ezequiel 4: 5-6)
“Porque yo te he asignado un número de días igual a los años de su iniquidad, trescientos noventa días; tú cargarás, pues, con la iniquidad de la casa de Israel.Cuando los hayas cumplido, te acostarás por segunda vez, pero sobre el lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá; te la he asignado por ”cuarenta días, un día por cada año”.
Enfoque del libro de Daniel
Otro concepto importante a tener en cuenta es el enfoque historicista del libro de Daniel en las profecías apocalípticas.
Este enfoque, también conocido como historicista , se puede entender mejor si se compara con las opiniones opuestas del preterismo, futurismo e idealismo .
El preterismo tiende a ver como que todo ya se ha cumplido, todo ya ha pasado.El futurismo sostiene que los acontecimientos presentados sucederán en el futuro. Mientras que el historicista afirma que las profecías apocalípticas son símbolos de realidades espirituales generales, sin ningún referente histórico específico.
En cambio el enfoque historicista, (el que nos atañe) sostiene que en la profecía apocalíptica, Dios “revela” una secuencia ininterrumpida de la historia desde el tiempo del profeta hasta el tiempo del fin.
Cabe aclarar, como mencionamos anteriormente, que Dios “revela” pero no “determina”. ¿Qué significa esto?, que las situaciones y los eventos no son antojo, capricho o provocados por Dios Creador, sino que las cosas suceden por causa de la errada y mala elección de la humanidad que ha preferido apartarse de Dios al punto de hacer cada uno lo que le da la gana, lo que le parece bien ante sus ojos. (Jueces 21:25).
Entonces, al momento del estudio, ¿qué enseñanza podemos rescatar? Y esta es que el profeta Daniel dependió totalmente de Dios, pero no al punto de perder su libre elección, sino que mantuvo una relación estrecha y unida a Dios en obediencia a su Palabra. En su libre albedrío, optó, eligió cumplir la palabra de Dios y Dios vino en su auxilio.
Y lo podemos leer en (Daniel 10:12) “Entonces me dijo: No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido”.
Esa es la misma relación personal que debe existir en nosotros hacia nuestro Creador. Este libro nos debe ayudar a entender y a buscar esa relación que Daniel tenía con Dios.
¡Busca a Dios, humíllate delante de Él y reconócelo como tu Dios y el Él vendrá a ayudarte!
Continuará