Ten fe, pon tus ojos en Jesús
En tiempos en que la humanidad está siendo golpeada por un “enemigo invisible” donde el desconcierto es general, los días se presentan complicados, difíciles de entender y digerir, es cuando tú y yo necesitamos imperiosamente escuchar “una buena noticia”.
Aunque los tan temidos “enemigos invisibles” ya existían mucho antes de esta “pandemia”. De manera inadvertida el ser humano diariamente ha sido confrontado con filosofías, ideas, preceptos, cultura y modas que van enquistándose en una sociedad que las percibe, las recibe e internaliza como una realidad totalmente normal.
Sin darnos cuenta nos vamos acostumbrando como la marea sube imperceptible y silenciosamente en la playa. Y al que no acepta la tendencia o cultura del momento se lo “tilda” de anticuado, se lo ridiculiza. De esa manera lenta y sigilosamente se van manipulando las mentes; aún la de los hijos de Dios.
Hay una cultura en el mundo que es contraria a la fe, y también una cultura religiosa que se contrapone a la fe, contraria a lo que dicta la Escritura. Y si lo que dice la religión o la tradición es diferente a lo que dice la Escritura, debe prevalecer "solo Escritura".
Pero las “buenas noticias” (el Evangelio), siempre han estado en vigencia y permanecen a través de los tiempos.
La buena noticia es que Cristo vino a salvar al mundo sin importar tu color, tus ideas, tus pensamientos, tu idioma, porque en Cristo todo se hace nuevo. Por ello no debemos nunca avergonzarnos de las buenas noticias; el evangelio.
Acepta y lucha por la verdad del evangelio y por el rechazo de todo lo falso. Esfuérzate en buscar la verdad que nace y procede de Cristo y no por la verdad de una religión. Batalla por la verdad que produce vida, la vida de la nueva creación.
Te animo a que en estos tiempos de desconcierto te refugies en la fe del evangelio. No en la fe de una religión sino en la palabra de verdad de Jesús que es la que siempre te guiará hacia el bien, la que alumbrará tu vida, la que te dará esperanza, la que sanará y dará descanso a tu alma desconsolada.
Evita mirar lo que te rodea, evita empaparte de malas noticias, más vale mira al cielo, busca a Jesús y confía en su palabra, pon tu fe en él y procura vivir “…de acuerdo con el evangelio de Cristo”. (Filipenses 1:27) pensando “…en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; (pensemos) en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado”. (Filipenses 4:8). Para así llegar “…a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…” (Efesios 4:13).
De esa manera podrás sentir paz en “medio de la tormenta”.