Ilusiónate con la realidad de la revelación y no con las circunstancias.
“La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo cumplido es árbol de vida”.
Muchos son los que se dejan influenciar por las circunstancias. Éstas pueden distraer, atemorizar, sugestionar y hasta hacer dudar, pero si te apegas a la realidad de lo que se te ha sido revelado, tienes que seguir sin dudar tu Norte, hasta el cumplimiento de tu meta.
Lo que sabes que te espera, no está al alcance de las circunstancias, está mucho más allá. Te ha sido confirmado a nivel espiritual. Tu realidad no debe estar determinada por las noticias, ni por el qué dirán de algunos, sino por tus sueños basados en la Palabra de Dios.
Si lo que has recibido, si lo que se te ha revelado te ha llenado de pasión y deseos de concretarlo, pues esa es tu realidad, porque no es otra cosa que lo que Dios dijo hará contigo.