Bienaventurados los que no vieron y creyeron
Basado en: Juan 20:29
“…bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
Quizás tuvimos que manejar o circular por una carretera con densa niebla que nos impide ver alrededor. Está claro que dicha situación es preocupante y despierta temor e inseguridad debido a que no sabemos con qué nos podemos encontrar alrededor.
El mundo básicamente se maneja con lo visual. Pareciera que todo lo que vemos, es digno de crédito, de confianza, mientras lo que no, queda en la duda y en la incertidumbre.
Durante el ministerio terrenal del Señor Jesús, muchos a pesar de tenerlo ahí presente y escuchar sus enseñanzas, no creyeron en él.
De ahí que el Señor les dijo (siendo el mensaje de actualidad para todos): “…bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
No es fácil creer en Dios cuando no lo podemos ver y menos aún obedecer a su palabra. Aunque él siempre hace honor a uno de sus atributos: la Omnipresencia; él está, aunque no lo veamos.
Desde el mismo momento en que “…el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo…” (Mateo 27:51), hay libre acceso entre el cielo y la tierra a fin de tener comunión con él, a pesar… de que no lo veamos.
Bienaventurados somos los que creemos, aunque no veamos, pues a pesar de ello y por medio de su poder, recibiremos vida eterna.
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