El Eterno es mi Luz y mi Salvación
Basado en: Salmo 27
No le prestes atención a ningún sentimiento de desánimo que quiera abatirte.
Tampoco escuches las críticas de las fuerzas del mal, porque sólo te reprocharán para desanimarte, y alejarte de ese poco bien al cual tratas de aferrarte.
¡No los escuches! y ¡no dejes que te influyan, más bien, escucha las críticas y la corrección que te acerquen al Creador y enfócate sólo en lo bueno!
Háblale al Creador a solas todos los días con tus propias palabras agradeciendo primeramente por darte vida, y luego preséntale tus necesidades y pedidos, junto con una revisión de tu vida, y situaciones, incluyendo todos tus pensamientos y acciones.
¡Él es tu luz y tu salvación! y en este mundo, ¡el único digno y merecedor de toda la gloria y alabanza!
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