Gloriándonos en el Señor: Humildad en el Conocimiento Bíblico
Basado en: 2 Corintios 10:17-18
“Mas el que se gloría, gloríese en el Señor; porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba”.
En el pasaje de 2 Corintios 10:17-18, el apóstol Pablo nos recuerda la importancia de glorificarnos en el Señor en lugar de en nosotros mismos. Este mensaje cobra relevancia, especialmente en entornos donde el conocimiento bíblico puede convertirse en una fuente de orgullo.
A menudo, aquellos que han estudiado en seminarios pueden caer en la trampa de la vanagloria, deslumbrando a otros con su sabiduría. Sin embargo, Pablo nos insta a mantener una actitud humilde, reconociendo que cualquier conocimiento que poseamos es un regalo de Dios.
El llamado a seguir el ejemplo de Jesús es claro: a pesar de su divinidad, se humilló y sirvió a sus discípulos. Así, también nosotros, al compartir nuestro entendimiento bíblico, debemos hacerlo con humildad y comprensión. La vanagloria puede despreciar a aquellos que aún están en el camino del aprendizaje, y esto no refleja el espíritu de Cristo.
En nuestras interacciones con otros creyentes, especialmente aquellos que pueden no tener el mismo nivel de conocimiento, recordemos que la verdadera aprobación proviene de Dios. Gloriémonos en el Señor, reconociendo que es Él quien nos capacita y guía en nuestro entendimiento de las Escrituras.
Que nuestras palabras y acciones reflejen la humildad que se espera de aquellos que siguen a Cristo. Al hacerlo, seremos instrumentos para edificar y fortalecer la comunidad de creyentes, en lugar de dividirla con la soberbia. La verdadera grandeza se encuentra en reconocer que todo lo que somos y sabemos es gracias a la gracia y la bondad de nuestro Señor.
Al reflexionar sobre la importancia de glorificarnos en el Señor y mantener una actitud humilde en nuestro conocimiento bíblico, recordemos las palabras de Pablo en 1 Timoteo 1:17: “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”. 1 Timoteo 1:17
Estas palabras nos invitan a reconocer la grandeza y la eternidad de nuestro Dios. En nuestra búsqueda de entendimiento bíblico, recordemos que cualquier sabiduría que alcancemos es solo un destello de la infinita sabiduría divina. Al final del día, nuestra meta principal debe ser dar honor y gloria a Aquel que es digno de toda alabanza. Que nuestras vidas reflejen la verdad contenida en este versículo, y que en todo lo que hacemos, la gloria sea para nuestro Rey eterno. Amén.
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