La respuesta amable, quita la ira
Basado en Proverbios 15:1-2
La blanda respuesta quita la ira;
Mas la palabra áspera hace subir el furor.
El capítulo dos de Daniel relata que Nabucodonosor, rey de Babilonia “…tuvo… sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño…” Estos sueños lo perturbaban tanto que llegó a pensar que eran malos presagios. Quizás los dioses querían advertirle de un peligro inminente en su reinado, más específicamente relacionado con su trono. En aquella época, se daba mucha importancia a los sueños, creyendo que traían mensajes directamente de los dioses.
Esta situación llevó al rey a convocar a los hombres más sabios de Babilonia en busca de respuestas. Sin embargo, ni sus sabios, magos, astrólogos, brujos, ni los caldeos, quienes conformaban la élite culta que intentaba predecir el futuro mediante cálculos matemáticos, pudieron brindarle una respuesta. Como resultado, el rey se enfureció. Todos ellos fracasaron por completo y quedaron humillados frente al rey al no poder descifrar el significado del sueño.
Esta situación provocó la ira del rey, quien emitió un edicto ordenando que todos “…los sabios fueran llevados a la muerte…”, incluyendo Daniel y sus compañeros.
El profeta, se presentó ante el rey seguro de sí mismo, puesto que confiaba en el Único Dios Altísimo para apelar su decisión. Él confiaba en Dios y sabía que estaba bajo su protección, por lo que se dirigió al rey con amabilidad, cortesía y firmeza, solicitando más tiempo para brindarle una respuesta a sus incomprensibles sueños.
Al dirigirse al rey y solicitar más tiempo, Daniel arriesgó su vida, ya que nadie podía presentarse ante un rey sin haber sido previamente convocado. Tomar esa decisión podría haberle costado la vida.
Sin embargo, su actitud amable y conciliadora hizo que el rey aceptara recibirlo y escucharlo. Daniel mostró respeto, empatía y compasión por la incertidumbre que el rey estaba experimentando, y al presentarse humildemente, logró disminuir su hostilidad, agresividad y calmar su ira. Esta actitud ayudó a reducir la tensión en esa conflictiva situación y a revocar su edicto de condenar a muerte a todos los sabios del reino.
Como creyentes, debemos tomar esto en cuenta, especialmente en tiempos de crisis. Si no confiamos y no mantenemos nuestra mirada en Cristo, nuestro Salvador, será difícil avanzar y ser más que vencedores (Romanos 8:37).
Al apoyarnos en la Palabra de Dios y tener la certeza de que Él controla nuestras vidas, nos sentiremos confiados al saber que estamos bajo Su protección, incluso en medio de los conflictos que enfrentamos. Cuando confiamos en la misericordia del Altísimo, no seremos conmovidos.
Todo depende de nuestra actitud y cómo enfrentamos las situaciones difíciles y complicadas donde la agresión y la ira prevalecen. No estamos solos en esta vida; Dios nos acompaña a lo largo de nuestro camino, incluso si no podemos verlo ni oírlo.
Si Daniel al enterarse de la situación se hubiese dirigido al rey no con respeto y amabilidad, sino con palabras ásperas o hirientes y agresivas, las podría haber interpretado el rey como una falta de respeto o una provocación, que pudieron haber generado una respuesta emocional negativa hacia él. De haber reaccionado Daniel de otra manera, hubiese perdido la batalla y la vida, y no solo la suya, sino la de sus amigos y el resto de los sabios del reino que profesaban falsas doctrinas, aunque él tuvo misericordia de ellos.
La comunicación agresiva o confrontativa en una situación difícil de manejar, puede ser motivo de generar más tensión y hostilidad. La actitud de Daniel, lograron el favor del rey. Éste quedó tan impresionado por la revelación de Daniel que se postró delante de él reconociendo a su Dios como “Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios…” (Daniel 2:47). Si Daniel no hubiese dado ese paso de fe y no se hubiese dirigido al rey con amabilidad, otra hubiese sido la historia.
Cuando depositamos nuestra confianza en Dios y nos apoyamos en Su Palabra, podemos enfrentar cualquier situación sabiendo que Él está en control. Aunque no podamos verlo u oírlo físicamente, Su presencia y guía están con nosotros.
Resumiendo: la forma en que nos comunicamos con los demás puede tener un gran impacto en la manera en que se desarrollan las interacciones y relaciones. La amabilidad y la empatía pueden ayudar a suavizar los conflictos, mientras que la comunicación áspera o hiriente puede exacerbarlos.
“Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos”. Proverbios 16:24
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