Las Promesas Inquebrantables de Dios
Basado en: Números 23:19
“Dios no es como los mortales: no miente ni cambia de opinión.
Cuando él dice una cosa, la realiza. Cuando hace una promesa, la cumple”.
Aunque se presenten obstáculos en tu vida difícil de sortear, recordemos la promesa inquebrantable de Dios, expresada en este pasaje. Cuando él dice una cosa, la realiza y cuando hace una promesa, la cumple. A menudo, nuestra realidad puede parecer desafiante y contradictoria con lo que Dios ha prometido, pero es en esos momentos de prueba donde nuestra fe es fortalecida.
Así como la imagen de la mujer que enfrenta incertidumbre de cómo superar la roca, a veces nosotros nos encontramos ante situaciones que parecen infranqueables. Es en esos momentos donde la firmeza de nuestras creencias es puesta a prueba. No obstante, las promesas de Dios son nuestro ancla en medio de la tormenta.
Al igual que en el relato de Jonás, donde las circunstancias parecían desfavorables y sus expectativas no se cumplieron de la manera esperada, no debemos renunciar a las promesas de Dios. La historia de Jonás nos enseña que incluso en medio de nuestras propias elecciones equivocadas y circunstancias aparentemente adversas, Dios sigue obrando para cumplir sus propósitos.
No renuncies a las promesas de Dios, porque su Palabra es eterna y poderosa. Aunque no siempre comprendamos su camino, o aunque las promesas tarden demasiado o las situaciones salgan como no esperábamos, debemos recordar que Él está obrando en todo para nuestro bien y está en absoluto control de las circunstancias.
No renuncies a las promesas de Dios, no dejes de creer en su Palabra.
Aunque hoy tu realidad sea diferente a lo esperado, sigue confiando en Sus promesas, porque Dios es tan poderoso que puede crear maravillas y grandes cosas a partir de la nada. Su plan es siempre perfecto y lo será para ti también.
Así que, aunque no comprendamos completamente el camino que estamos recorriendo, y aunque las promesas parezcan tardar o las situaciones no se desarrollen como esperábamos, mantengamos la fe. Dios está trabajando en todas las cosas para nuestro bien (Romanos 8:28), y su Palabra es eterna y poderosa.
En medio de la incertidumbre, descansa y espera con paciencia, porque Dios nunca falla en cumplir sus promesas; sus designios son agradables y perfectos (Romanos 12:2). Él está obrando todo para tu bien; solo necesitas confiar, tener fe, esperar y ver cómo las situaciones se van concretando de una u otra manera, siempre acorde a Su santa voluntad.
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