Nada nos separará del amor de Dios

Basado en: Romanos 8:38-39

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Para que no quedase ninguna duda, Pablo en este pasaje, expresa con profunda convicción que nada en el universo, ni lo más poderoso ni lo más temible, puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús. Es una declaración de fe inquebrantable que resuena en los corazones de los creyentes. Este amor es tan poderoso y firme que ni siquiera la muerte, que a menudo representa el mayor de los temores humanos, tiene el poder de alejarnos de Dios.

Cuando nos enfrentamos a pruebas, dificultades, o incluso a las realidades más oscuras de la vida, este pasaje nos recuerda que no estamos solos. El amor de Dios es constante, inamovible, y no depende de nuestras circunstancias o de nuestras propias fuerzas. Es un amor que trasciende todo entendimiento y que se mantiene firme en Cristo Jesús, quien es nuestro Intercesor y Salvador.

Este amor es una fuente inagotable de paz y seguridad. Nos asegura que, sin importar lo que venga en nuestro camino—sean desafíos presentes o futuros, fuerzas espirituales, o cualquier otra cosa en la creación—nada tiene el poder de romper la relación que tenemos con Dios a través de Jesucristo.

Hoy, te invito a descansar en esta verdad. Permite que el amor de Dios llene cada rincón de tu ser, sabiendo que estás completamente protegido y amado por el Creador del universo. Que esta certeza te acompañe y te fortalezca siempre, recordándote que en Cristo, estás eternamente unido al amor más grande que existe.