Porqué fracasaron los constructores de la Torre de Babel - I Parte
Basado en: Génesis 11:1-9
No sabemos si la Torre de Babel, posiblemente un zigurat, fue el primero o ya existían varios de ellos, lo que sí sabemos es que, arquitectónicamente hablando, este tipo de construcción fue utilizado con fines religiosos.
Por una escalera los sacerdotes ascendían hacia su parte superior a fin de comunicarse con los dioses del cielo. Ellos creían que estos seres descendían del cielo para tratar con ellos. A su vez, era utilizado como observatorio astronómico para la adivinación y las ciencias ocultas del universo.
Hacerse de un nombre
Según el texto bíblico, la torre de Babel comienza como un deseo de ostentar la autonomía humana: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre..." (Génesis 11:4).
En esta declaración con cierto aire de urgencia, denota la necesidad del ser humano de sobresalir, de perpetuarse, de conseguir fama y logros permanentes, así como independencia, autosuficiencia, acompañado de un espíritu de vanagloria. Ellos querían construir su propio reino. No querían obedecer ni someterse a Dios, sino que su deseo era afincarse en un mismo lugar a fin de glorificarse a sí mismos.
En ese “…hagámonos un nombre…” denota ese deseo camuflado de todo ser humano en pretender controlar al otro. Situación que trae a mi memoria el título de una canción de “Tears for Fears”, conjunto inglés de música pop de los 80´: “Everybody wants to rule the world” (Todo el mundo quiere gobernar el mundo).
Desde el lado que se lo miré, innato está en la naturaleza humana el deseo de dominar; así sea el espacio, la economía mundial, la política, las empresas armamentistas, las droguerías, las distintas industrias en general, etc.etc.
De alguna manera, todos desean poder dominar una determinada situación. Las ansias de poder están presentes en todos los ámbitos de la vida, nadie permanece fuera de su alcance.
El hombre es atraído por el poder, desea ejercerlo, y ese anhelo lleva implícito la capacidad de hacer real lo posible y hasta lo imposible. Pero debemos tener cuidado, no creamos en todo los que nos rodea, o veamos, o en todo lo que nos quieran “vender”. No todo lo que vemos u oímos, o circula por el mundo, es bueno, verdadero o auténtico para nuestro beneficio.
Pero regresando a la Torre de Babel, el problema no era el zigurat en sí, sino la motivación humana que había detrás de ese deseo. El propósito del proyecto fue claramente exaltar su propio nombre, cuando en realidad debían haber pensado en rendir homenaje, glorificar y enaltecer el nombre de Dios, de la misma manera que siglos después el rey Salomón lo hizo al construir el primer Templo, honrando de esa manera a Dios: “Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel” (1 Reyes 8:20).
Continuará…
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