Que seas Inscrito y Sellado en el Libro de la Vida
Basado en: Apocalipsis 3:5
“Los que salgan vencedores serán así vestidos de blanco, y no borraré sus nombres del libro de la vida, sino que los reconoceré delante de mi Padre y delante de sus ángeles”.
En el camino de la fe, encontramos una frase que encierra la promesa de la vida eterna y la gracia divina: “Ser inscrito y sellado en el Libro de la Vida”. Esta expresión, nos recuerda la esperanza que depositamos en el Señor Jesucristo y en Su sacrificio redentor.
Al contemplar estas palabras, es crucial entender que no se trata de un simple acto burocrático en el cielo, sino de un compromiso profundo y personal con Dios. Cada día, a través de nuestras acciones (porque la fe, es acción), pensamientos y palabras, escribimos en las páginas de nuestra propia historia espiritual. La fe en Jesucristo nos guía para vivir de acuerdo con los principios del amor, la compasión y la justicia.
Ser inscrito y sellado en el "Libro de la Vida" es el reflejo de nuestra relación viva con el Señor. A medida que confiamos en Él, experimentamos una transformación y buscamos seguir Su voluntad. El amor y el perdón que Él nos ofrece son la tinta con la que se escribe nuestro nombre en el libro sagrado.
El pasaje también nos llama a la humildad y a la gratitud. Reconocemos que no merecemos este regalo divino, pero lo aceptamos con un corazón agradecido. Cada día, nuestra fe nos recuerda que, a pesar de nuestras debilidades y faltas, Dios nos brinda una oportunidad continua de ser parte de Su plan eterno.
Así que, como creyentes en el Señor Jesucristo, nos regocijamos en la certeza de que nuestras vidas están destinadas a la eternidad en comunión con Dios. Recordamos que nuestra fe y nuestras acciones están directamente relacionadas con este maravilloso don.
Siguiendo a Cristo, continuamos escribiendo nuestra historia en el Libro de la Vida, sabiendo que nuestro Salvador ha sellado nuestro destino con amor y redención. Que esta reflexión inspire a los que confiamos en el Señor Jesucristo a vivir con la esperanza y la certeza de la vida eterna que se nos ha prometido “…porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén…” (2 corintios 1:20)
El pasaje compartido subraya la promesa de Jesucristo de mantener nuestros nombres en el Libro de la Vida, enfatizando la seguridad y la importancia de nuestra relación con Él.
Permanece fiel, sé valiente, busca la fortaleza en el Espíritu Santo, y así saldrás victorioso para ser inscrito y sellado en el “Libro de la Vida”. ¡Amén!
Comments