Regenerados o no regenerados
“…porque nuestro Dios es fuego consumidor”.
Basado en: Hebreos 12:29
El propósito final de Dios es purificar y limpiar al universo de todo pecado. Sin embargo, existen corazones y mentes que permanecen incrédulas y endurecidas. Son almas que resisten someterse a su señorío y permanecen en franca rebelión contra Dios. Son las almas “no regeneradas”, las no recreadas, las no renacidas. Son las almas que sufren muerte espiritual, inhabilidad moral y están en franca enemistad con Dios.
Nuestro Dios como fuego consumidor (Hebreos 12:29), aborrece el pecado dondequiera que se encuentre y de la manera cómo se manifieste. En la presencia de nuestro Santo Dios, el pecado es un material combustible. La imponente Santidad de Dios consume al pecado y consumirá a los pecadores con el glorioso resplandor de su venida.
Pero también están los otros, los “regenerados”, los recreados, los renacidos, los que gozan de vida espiritual y comunión con Dios, los que tienen habilidad moral, y están reconciliados con Dios. Son los que, purificados por la sangre de Cristo, aceptan ser moldeados hasta llegar “…a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…” (Efesios 4:13).
Hoy Jesús te invita a aceptar su perdón, su misericordia y a caminar junto a Él.
Jesús anhela que respondas a su llamado, que fluye de una antigua y áspera cruz donde como único Salvador del mundo, siendo Santo, fue colgado por vos y por mí. Él fue el “sustituto” Santo y Perfecto; la única ofrenda agradable al Padre.
Acepta su llamado, acepta su invitación a caminar con Él en una vida de santidad.
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