Salmo 112:1-3 Ese Temor Reverencial: Amor y Obediencia a Dios
"Bienaventurado el hombre que teme a Jehová,
Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
Su descendencia será poderosa en la tierra;
La generación de los rectos será bendita.
Bienes y riquezas hay en su casa,
Y su justicia permanece para siempre”.
1. El Temor de Jehová: Un Temor Santo y Amoroso
Al leer “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová,” encontramos una referencia a ese temor santo, que no se trata de un miedo al castigo o al juicio, sino de un respeto profundo y reverencial hacia Dios, un temor que nace del amor. Como señala 1 Juan 4:18, “Donde hay amor no hay miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo, pues el miedo supone el castigo. Por eso, si alguien tiene miedo, es que no ha llegado a amar perfectamente.”
Este temor es el reconocimiento de Su soberanía, sabiduría y misericordia. Así como un hijo se abstiene de ofender a su padre no por temor al castigo, sino por amor, respeto y reverencia hacia su progenitor, nosotros también deberíamos sentir ese temor santo en agradar a nuestro Padre Celestial. Este temor es la base de una relación sincera y profunda con Dios.
2. La Alegría de Guardar Sus Mandamientos
Cuando el Salmo menciona que este hombre “se deleita en gran manera en sus mandamientos,” entendemos que no los sigue por obligación, sino porque conoce el bien que encierran. Dios, en su amor de Padre, nos dio mandamientos no como reglas arbitrarias, sino como un estándar moral y ético. Son guías para protegernos y bendecirnos, se podría ejemplificar, de la misma manera que un padre aconseja a sus hijos sobre el camino correcto, los mandamientos divinos nos orientan hacia la paz, la sabiduría y una vida plena en comunión con Dios. Cumplirlos es, por lo tanto, motivo de alegría y confianza de que estamos en el camino correcto.
3. Generaciones Bendecidas por la Obediencia
Este Salmo también destaca la bendición que se extiende a la familia que teme y sigue a Dios. “Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita.” Si vivimos con temor de Dios y respeto por sus mandamientos, guiamos a nuestros hijos a vivir también bajo su cobertura y amor. Aun cuando atravesemos problemas y aflicciones, tenemos la seguridad de que Dios estará con nosotros, fortaleciéndonos. Nuestros hijos aprenderán a vivir en rectitud y justicia a través de nuestro testimonio, y Dios promete bendecir a esa generación.
4. Bienes, Riquezas y Justicia Eterna
Finalmente, el Salmo afirma que “bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre.” Estas palabras no se refieren solamente a la prosperidad material, sino también a las riquezas espirituales que llenan la vida de aquellos que aman y temen a Dios. La justicia de una vida vivida en fidelidad deja una herencia de bendición que permanece para siempre, un legado para las generaciones futuras.
Conclusión: El Temor Santo de Jehová
El “temor de Jehová” es una actitud que se arraiga en el amor y la gratitud hacia Él, una respuesta de respeto que nos conduce a la obediencia y al deleite en su ley. Este temor santo nos protege y nos llena de paz, sabiendo que caminamos en el sendero trazado por un Dios que nos ama y quiere lo mejor para nosotros y nuestra familia. Y de esa manera podremos ser luz y sal de la vida para aquellos que aún no han encontrado el camino de la plenitud.
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