Salmo 118:6-10
"El Señor está a mi favor; no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre?
El Señor está por mí entre los que me ayudan;
por tanto, miraré triunfante sobre los que me aborrecen.
Es mejor refugiarse en el Señor
que confiar en el hombre”.
En este pasaje, el salmista declara con firmeza: “Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.” Esta poderosa afirmación resalta la naturaleza de Dios como nuestro refugio y defensor en cualquier situación. Cuando confiamos en Dios, incluso frente a los peligros o a las adversidades, no estamos solos. Su presencia constante nos da seguridad, aún en tiempos inciertos.
La fortaleza de este refugio se sostiene en que no depende de fuerzas humanas o circunstancias terrenales, sino de un Dios Todopoderoso, que nunca abandona a quienes confían en Él. Como dice también en Romanos 8:31: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Este recordatorio nos invita a descansar en Su fidelidad, ya que Su protección supera cualquier otra.
Los versículos 8 y 9 subrayan esta confianza, afirmando que es mejor refugiarse en Jehová que depender de las personas o de los gobernantes, ya que los humanos son limitados, pero Dios es eterno y fiel en Su amor. Cuando estamos bajo Su refugio, hallamos paz y podemos enfrentar cualquier dificultad, sabiendo que Él pelea nuestras batallas. Como dice el versículo 10: “Todas las naciones me rodearon; mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.” Aquí encontramos la certeza de que, en Su nombre, somos capaces de superar cualquier obstáculo.
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