Servir con Amor, Entregarse por Amor
- Rinconcito de la Oración
- hace 7 minutos
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El Jueves Santo nos invita a contemplar dos gestos profundos de Jesús antes de su entrega en la cruz: servir y partir el pan. En el primer gesto, se ciñe la toalla, se arrodilla ante sus discípulos y les lava los pies. En el segundo, toma el pan, lo parte y lo entrega diciendo: “Este es mi cuerpo, que por vosotros es dado.”
Ambos actos son una lección de amor en acción. Jesús no solo habló del amor, lo vivió de manera concreta, aun sabiendo que la traición, el abandono y el sufrimiento estaban cerca.
Lavó los pies de todos, incluso de Judas Iscariote, sabiendo que lo traicionaría. No eligió a quién servir, ni puso condiciones. Lo hizo por amor. Luego, compartió la cena, estableciendo un nuevo pacto con su sangre, un pacto eterno que nos alcanza hasta hoy.
Este día nos recuerda que el verdadero amor se demuestra sirviendo con humildad y entregándose con generosidad. En tiempos donde el orgullo, el ego y la autosuficiencia parecen reinar, Jesús nos muestra otro camino: el de la toalla, el del pan partido, el de la entrega silenciosa.
Que este Jueves Santo no sea solo un recuerdo, sino una oportunidad para examinarnos:
¿Estoy sirviendo con amor, como Jesús?
¿Estoy dispuesto a entregar parte de mí por el bien de otros?
¿Qué tengo que partir hoy para bendecir a alguien?
Porque amar como Cristo es más que palabras: es arrodillarse, es partirse, es darse por completo.
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