Tesoros Invisibles: La Fe en la Presencia Protectora de Dios
Basado en 2 Reyes 6:8-23
“No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos”.
El rey de Siria acechaba a Israel, pero Dios tenía a Eliseo, su profeta que le advertía por cuales lugares él iba a pasar a fin de evitar caer en manos de los sirios.
Cuando el rey de Siria fue alertado de que había un profeta de Dios que le advertía por donde ellos iban a pasar, ordenó que fuese apresado “Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo”. (2 Reyes 6:13)
Y así fue, el rey envió de noche un gran ejército para sitiar la ciudad donde se encontraba Eliseo. Cuando a la mañana, su siervo despertó y se levantó, vio que toda la ciudad se encontraba sitiada por el ejército enemigo.
Ante esta inmediata aterradora amenaza preguntó a Eliseo qué hacer. A lo que Eliseo le contestó que no tuviese miedo asegurándole que la realidad era mucho más profunda de lo que sus ojos podían ver, ya que “…más son los que están con nosotros que los que están con ellos”. Al decirle esto, Eliseo quería que su siervo entendiese y confiase en la presencia invisible pero real de Dios y sus ángeles, sus servidores, en medio de esa situación.
El problema es que el siervo de Eliseo solo veía el gran ejército del rey de Siria. Por ello, Eliseo rogó a Dios que abriese los ojos de su siervo para que pudiese apreciar la maravilla de los que estaban montados en sus caballos y en sus carros de fuego en los montes.
Muchas veces, enfrentamos situaciones difíciles y desafiantes en las que no vemos una salida aparente. Nos sentirnos abrumados por el miedo y la incertidumbre. Sin embargo, este pasaje nos recuerda que en nuestra vida espiritual, hay fuerzas invisibles que obran a nuestro favor. Aunque no los veamos con nuestros ojos, Dios y sus ángeles están a nuestro lado, listos para protegernos y guiarnos.
La lección que podemos extraer de este pasaje es que la fe en Dios y su amor incondicional nos brinda la certeza de que nunca estaremos solos en nuestras luchas “…yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Aunque no podamos ver directamente la presencia divina, podemos confiar en que allí está, trabajando en nuestro favor “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31).
Al igual que el siervo de Eliseo, a veces necesitamos un cambio de perspectiva para darnos cuenta de que hay más a nuestro favor de lo que vemos a simple vista.
En resumen, el pasaje nos invita a confiar en la presencia protectora y amorosa de Dios, incluso cuando no sea visible a nuestros ojos. La fe nos permite percibir una realidad más profunda y reconfortante: que Dios y sus ángeles están con nosotros en cada paso del camino, brindándonos apoyo y guía en momentos de dificultad y desafío.
Mediante la fe nos permite reconocer la realidad más profunda de la presencia constante de Dios en nuestra vida.
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