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Un cambio de indumentaria


Basado en: Efesios 4:22-24


“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.


Despojaos del viejo hombre…y revestíos del nuevo hombre, esto implica un “cambio” de indumentaria, (lo viejo por lo nuevo) y trae a mi memoria cuando el pueblo de Israel fue libertado de años de esclavitud en tierra egipcia. Con Moisés, su líder, los guió por el desierto hacia la “tierra prometida", y ello implicaba un dejar su antigua forma de pensar, su manera de vestir, y adaptarse a un cambio de alimentación.


También era necesario un cambio de actitud, ya que, como pueblo libre, ahora debían de aprender a luchar porque en el camino le iban a salir al cruce muchos pueblos foráneos. De ser cautivos y mansos (pasada manera de vivir), ahora debían de transformarse en pueblo guerrero (nueva manera de vivir).


La larga peregrinación hacia la “tierra prometida” a través del desierto, implicaba un “cambio radical”, una manera diferente de vivir, como de nuevas y frescas expectativas de vida.


Sin embargo, a pesar de una nueva vida por delante, el pueblo seguía mirando hacia atrás, hacia su pasado en Egipto. El pueblo sentía “añoranzas” de su vida pasada y extrañaban lo bueno de “…cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos…” (Éxodo 16:3).


Ellos no comprendieron que debían hacer un “click” y adoptar una conducta diferente, tener un cambio de actitud a fin de recibir las nuevas bendiciones que les aguardaban.


El no querer cambiar de hábitos y adoptar un nuevo modo de vida, a muchos les costó su existencia, muriendo en el desierto. Perdieron las bendiciones que tenían por delante. Perdieron entrar en la tierra prometida y disfrutar de una nueva vida, una nueva manera de vivir que Jehová por gracia les estaba obsequiando.


Los que aceptan al Señor Jesús como su Señor y Salvador, es necesario que rompan con su vida anterior, con su pecaminosa vida pasada. Todo cambio positivo, amerita un sacrificio. Todo cambio en pos de algo mejor, exige esfuerzo.


Revistámonos de esa nueva “indumentaria” basada en la justicia y santidad de la verdad.


Él, es nuestro único y verdadero camino.


Jesús de Nazaret es nuestra nueva vida a seguir, pero exige un cambio de “indumentaria”.

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