Valorando la Eternidad
Basado en: Mateo 16:26
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”
Jesús pronunció estas palabas en el contexto espiritual: ¿de qué sirve al hombre tener todo el dinero, la salud física, bienestar social, político, fama y todo lo demás que ofrece el mundo temporal, si finalmente pierde su vida?
En este pasaje, Jesús nos hace cuestionarnos sobre las prioridades de la vida y el valor verdadero de las cosas terrenales en comparación con la salvación eterna.
En un mundo donde a menudo se busca el éxito material y el reconocimiento externo, el poder y la ambición pareciera ser las únicas metas de algunos, estas palabras nos recuerdan la importancia de lo espiritual sobre lo temporal. Podemos acumular riquezas y logros en este mundo, pero si perdemos nuestra alma en el proceso, ¿qué beneficio real hemos obtenido? Nada. Recordemos el pasaje Mateo 10:28 donde Jesús hace referencia a la verdadera prioridad, a nuestro verdadero objetivo en la vida: Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.
Esta reflexión nos invita a considerar nuestras prioridades y a evaluar si estamos invirtiendo nuestro tiempo, energía y recursos en cosas que realmente importan en el contexto eterno. Nos desafía a buscar primero el reino de Dios y su justicia, sabiendo que todo lo demás nos será añadido (Mateo 6:33).
Es un recordatorio poderoso de que la verdadera satisfacción y plenitud se encuentran en una relación personal con Dios y en vivir de acuerdo con sus enseñanzas y mandamientos, en lugar de buscar la gratificación efímera que el mundo puede ofrecer. En última instancia, nuestra vida terrenal es temporal, pero el destino eterno de nuestras almas debería la única prioridad.
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