Yo y Mi Casa Serviremos a Jehová
Basado en: Josué 24:15
“Pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
Vivimos en tiempos en los que ser cristiano no siempre es bien recibido. La cultura actual, con su énfasis en la aceptación de todo lo “moderno” y lo “liberal”, muchas veces ridiculiza los valores bíblicos, tildándolos de anticuados o irrelevantes. Esto no es una sorpresa, pues la Palabra de Dios lo anticipó: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20). Esta inversión de valores puede llevar a muchos creyentes a ocultar su fe o a comprometer sus principios para evitar ser juzgados o etiquetados como “anticuados”.
Josué, en su tiempo, enfrentó una situación similar. Rodeado de pueblos que adoraban a otros dioses y que seguían costumbres contrarias a los mandatos de Dios, hizo una declaración firme y rotunda: “Yo y mi casa serviremos a Jehová”. Él no permitió que la opinión pública o las prácticas de los pueblos circundantes lo desviaran de su fidelidad al Señor. Su decisión no dependía de lo que otros harían, sino de su compromiso inquebrantable con Dios.
Un llamado para nuestros días
Hoy, este llamado resuena con fuerza para nosotros. Cada día enfrentamos la elección de a quién o qué serviremos: ¿Agradaremos al mundo y sus estándares, comprometiendo nuestra fe? ¿O viviremos con valentía y fidelidad, proclamando con nuestras palabras y acciones que servimos al Dios vivo? Decidir servir al Señor es una respuesta directa a esta cultura que intenta cambiar los valores eternos por modas pasajeras.
Una decisión personal y familiar
Josué no habló solo de sí mismo, sino también de su familia: “Yo y mi casa”. Esto nos recuerda la importancia de liderar espiritualmente en nuestros hogares, enseñando a nuestros hijos y seres queridos el valor de servir a Dios por encima de cualquier otra cosa. Cuando tomamos esta decisión como familia, dejamos un legado de fe que puede impactar generaciones.
Un llamado a reflexionar
Si alguna vez sentimos vergüenza de proclamar nuestra fe, recordemos estas palabras de Jesús: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32). Decidir servir al Señor es un acto de valentía, una declaración de amor y gratitud hacia el único Dios que nos salva y nos sostiene.
Conclusión
Hoy, como en los días de Josué, Dios nos invita a tomar una decisión: ¿A quién serviremos? No importa lo que diga el mundo o lo que otros elijan. Que podamos decir con firmeza: “Yo y mi casa serviremos a Jehová”.
Comments