
¡Gracias por visitarnos!
¡Gracias por visitar mi página!
Deseo de todo corazón que este espacio sea de crecimiento espiritual y comunión con Dios para todos los que lo recorren.
Conocí al Señor Jesús desde una etapa temprana de mi vida, pero fue con el paso del tiempo, y a medida que ese amado Dios se me iba revelando con ternura y verdad, que nació en mí el profundo deseo de conocerlo más y más. Movida por ese anhelo, me inscribí en el Seminario IBBA (Instituto Bíblico Buenos Aires), donde me gradué como Bachiller Superior con Mención en Estudios Reformados hacia fines del año 2011.
En el año 2020, cursé un Diplomado en Pastoral Familiar en EIRENE Argentina, motivada por el deseo de acompañar a matrimonios y parejas en su caminar espiritual, brindando orientación, escucha y herramientas pastorales.
A lo largo de mi caminar, mi vocación de servicio a Dios me fue llevando por diferentes etapas. En el año 2016 decidí volcar mi experiencia, aprendizaje y amor por el Señor en una página web donde abordo diferentes tópicos: reflexiones, mensajes bíblicos, consejería, temas de escatología, hermenéutica, ayuda pastoral, etc. Todo con el propósito de acompañar tanto a quienes ya conocen al Señor como a aquellos que aún no lo han encontrado, para que puedan tener una relación enriquecedora y de crecimiento personal con Él.
En la actualidad, me congrego en la Iglesia Presbiteriana San Andrés, lugar donde fui ordenada como Presbítera, y donde tuve el privilegio de realizar mis primeras prédicas, así como también de compartir diversos ministerios con los jóvenes de la iglesia.
También quiero contarte por qué elegí el nombre “Rinconcito de la Oración”. Para mí, la oración es un tesoro invaluable: es el medio que Dios nos regaló para comunicarnos con Él, nuestro Padre Celestial. Y lo llamé “rinconcito” porque no hace falta un lugar especial o solemne para orar. Podemos hablar con Dios en cualquier momento y en cualquier lugar: en el autobús, caminando por la calle, esperando en una fila o en el silencio de nuestro cuarto. Él siempre está dispuesto a escucharnos.
Mi anhelo es que este espacio sea precisamente eso: un rinconcito donde podamos encontrarnos con Dios.
Oremos:
Padre amado, gracias por permitirnos acercarnos a Ti con libertad. Gracias por tu presencia constante, por tu gracia que nos sostiene y por tu amor que transforma. Te pido que bendigas a cada persona que llegue a este espacio, que sus corazones sean fortalecidos, que encuentren consuelo en medio del dolor y dirección en medio de la incertidumbre. Que tu Espíritu Santo los abrace, los guíe y los lleve a una relación más profunda contigo. En el nombre de Jesús, amén.
